La publicidad.
Como bien sabemos todos, la publicidad es parte de nuestro
día a día, en cada momento está, tanto en la televisión, en la prensa, en la
calle. Todo es un constante flujo de publicidad.
Es una de las técnicas más importantes de comunicación para
el fomento del consumo, se podría decir que es una herramienta imprescindible
del marketing. Además, la publicidad es historia, nos ha acompañado toda a vida
y lleva mucho más que nosotros aquí.
Lo que ocurre con la publicidad es que aparte de vendernos
algo, nos transmite unos valores que casi nunca son buenos, básicamente porque
la publicidad trata de crearte una necesidad, pero es indiferente a todo lo demás
que transmite. Por ejemplo, en los anuncios para mujeres solo salen modelos,
que te crean un ideal de belleza muchas veces imposible por la cantidad de photoshop,
los anuncios para niños les bombardean con juguetes hasta que siempre quieren
lo último de lo último y muchas veces con contenido muy sexista en estos
anuncios. Hay un estudio realizado que dice que el 1% de los
valores que los anuncios transmiten son el amor, la amistad, el respeto a los
mayores y el trabajo, mientras que un 99% lo ocupan la comodidad, el
placer y el ocio.
Esa es una parte muy dura de los anuncios y es el sexismo
que contienen, no solo en los anuncios de niños si no en todos, como colonias,
empresas, coches (que por alguna razón solo conducen hombres).
En mi opinión hacer entender a los niños que no todo es como
lo pintan en la tele es una cosa muy importante que debemos hacer como
profesoras, es muy duro pues borrar todo lo que ya se ha metido en la cabeza de
los niños es complicado, pero hay que hacerlo. Como explicarles a os niños que
cualquiera independientemente del sexo puede jugar con cualquier juguete, que las
realidades son como en nuestra casa, como en la calle, no como en los anuncios,
puesto que la gente que los protagoniza son actores no personas reales. Y
concienciar bien a los niños.
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